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La vida es un constante aprendizaje. Hay ciertos momentos de la vida que de una u otra forma resultan definitorios, que nos marcan etapas y nos indican que es momento de dar el siguiente paso en nuestra vida en forma de crecimiento personal y emocional. Por ello cuando entramos en una nueva década de la vida siempre es positivo hacer un balance y quizás el primer gran balance lo puedes hacer cuando estés llegando a los 30.

Cuando llegas a tus 30 hay una serie de cosas que seguramente ya viviste, como tu primer amor, tu primera decepción, tu primer empleo, quizás el paso de irte a vivir sola, entre otras cosas. Eventos que, de una u otra forma, te definen como persona. Esos eventos te invitan a tomar decisiones como dejar de hacer cosas como estas.

Debes dejar la dependencia emocional: Cuando llegues a este momento de tu vida o incluso antes, si la vida te llevó a ello, debes evitar tener cualquier tipo de dependencia emocional de otra persona, porque eso te lleva a que tu felicidad dependa de otros y te aleja de poder sentirte en completo poder de tu vida.

Debes dejar de tomar decisiones para complacer a otros: Esto es una de las actitudes más tóxicas que puedes tener, tomar una decisión para hacer feliz a otro a costa de tu propia felicidad es un grave error. Solo debes tomar decisiones pensando en la persona que va a asumir las consecuencias de sus actos, que en ese caso eres tú.

Debes dejar de molestarte por cosas sin importancia: En la vida perdemos mucho tiempo al molestarnos por cosas que no tienen importancia. Intenta dejar pasar cosas que si bien te pueden molestar no vale la pena que le entregues el control de tu vida, aunque sea por pocos minutos. Lo mejor que puedes hacer es entender muy bien qué es aquello que realmente te puede afectar y tomar la decisión de dejar pasar todo lo demás.

Debes dejar de relacionarte con personas que sabes que no te convienen: Una cosa que hace el tiempo por nosotros es hacernos más maduros para seleccionar nuestras relaciones y no solo me refiero a las de pareja. Selecciona bien tus relaciones y evita en tu vida aquellas personas que son tóxicas y que te están causando un daño.

La madurez no tiene nada qué ver con la edad sino con las experiencias que vives y qué aprendas de ellas. Obviamente cada año que vivimos nos ayuda a vivir más experiencias y si tenemos la capacidad de tomar los aprendizajes necesarios, seremos personas que estaremos mucho más cerca de ser felices.

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Foto: Archivo 123Rf.com