Ordena tus prioridades, y dale más tiempo a tu familia


Alberto
Autor, Conferencista e Influencer en Redes SocialesPersonalidad de Medios, Autor, Conferencista e Influencer en Redes Sociales. Sus seguidores en las redes sociales superan la impresionante cifra de 2,6 millones, lo cual lo posiciona como el locutor de radio en español número uno en seguidores en todo Estados Unidos.
A menudo, el estrés de la vida, el trabajo y las actividades sociales abruman la vida de los padres de familia. Corriendo de un lado a otro sin detenerse a pensar sobre las cosas que son más importantes, trabajan para tener más dinero, según dicen, para dar a sus hijos una mejor vida, los juguetes que ellos piden, ropa o simplemente para costear los alimentos que prefieren. Los hijos son su principal preocupación y al tratar de darles lo mejor de lo mejor pierden de vista lo que en realidad importa, o, por asà decirlo, cambian los momentos de felicidad y de calidad al lado de sus seres amados por estar trabajando. Si bien es cierto que el dinero es necesario para vivir, pues tenemos que pagar la hipoteca o renta de la casa, la comida de todos los dÃas, el vestido, el calzado y muchas cosas más, no deberÃa ser el centro de todo.
En torno a este tema, me viene a la mente una historia que escuché hace tiempo que referÃa que: un padre de familia trabajaba mucho, y tenÃa una hija con quien casi no pasaba tiempo, puesto que la mayor parte del dÃa estaba en la oficina, haciéndose cargo de los asuntos que consideraba primordiales. Los dÃas en que él llegaba a estar en su hogar, se hallaba tan cansado que cuando su hija lo invitaba a jugar con ella, él respondÃa siempre con una negativa.
Un dÃa la hija le hizo una pregunta (que imagino que cambió su vida): al llegar el padre a su casa la niña estaba lista para jugar, y en ese mismo momento le preguntó: «Papá, ¿cuánto ganas por hora en el trabajo?». A lo cual el hombre respondió, aunque con una cara incrédula. Lo sorprendente vino después: tras escuchar la respuesta la niña fue a su cuarto, tomó su alcancÃa y la rompió; volvió con su padre y le dijo: «Tengo suficiente para una hora».
Sabemos que hay cosas que el dinero no puede comprar, como el tiempo de calidad que pasamos con nuestras familias. Las cosas que realmente importan son mejores que el dinero: aquellas que no se compran. El tiempo es invaluable y merece la pena darlo a aquellos que más lo necesitan, y nos necesitan.
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