Importante: deja de gritar

Alberto
Autor, Conferencista e Influencer en Redes SocialesPersonalidad de Medios, Autor, Conferencista e Influencer en Redes Sociales. Sus seguidores en las redes sociales superan la impresionante cifra de 2,6 millones, lo cual lo posiciona como el locutor de radio en español número uno en seguidores en todo Estados Unidos.
Como madre, le doy un gran valor a cada nota que recibo de mis hijas, ya sean garabatos indescifrables o cartas con caligrafÃa perfecta. Pero el DÃa de la Madre recibà de mi hija de 9 años un poema que significó mucho para mÃ. De hecho, la primera lÃnea me hizo contener el aliento mientras cálidas lágrimas se deslizaban por mi rostro.
«Lo importante de mi mamá es… que siempre está ahà para mÃ, incluso cuando me meto en problemas.»
Verás, esto no fue siempre asÃ.
En el medio de mi vida extremadamente distraÃda, comencé una nueva práctica que era muy diferente a mi comportamiento usual. Me convertà en una gritona. No lo hacÃa siempre, pero eran momentos que vivÃa muy intensamente, como cuando se infla demasiado un globo y éste explota, causando sobresalto y temor.
Pero ¿qué me hacÃa perder la calma ante mis hijas de 3 y 6 años? ¿Era que ella insistÃa en buscar tres collares más y sus anteojos favoritos cuando ya estábamos llegando tarde? ¿Era que querÃa servirse sola su cereal y tiraba la caja entera en la mesa de la cocina?
¿Fue que ella se tropezó y rompió un ángel de vidrio que era muy especial para mÃ, a pesar de haberle dicho que no lo tocara? ¿Fue que luchó como un boxeador para no dormirse justo en el momento en que yo más necesitaba paz y tranquilidad? ¿Será porque las dos pelearon por cosas insignificantes como por ejemplo, quien era la primera en salir del coche o la que tenÃa más salsa de chocolate en su helado?
Si, eran ese tipo de cosas tÃpicas que les suceden a los niños que me irritaban hasta el punto de hacerme perder el control.
No es fácil reconocer esto. Asà como tampoco es fácil revivir esa etapa de mi vida, porque, siendo honestos, me odiaba a mà misma cuando me sucedÃan esas cosas. ¿En qué me habÃa convertido que tenÃa que gritar a las dos preciosas personitas que más amaba en la vida?
Déjame contarte como era mi vida en aquel entonces:
Mis distracciones:
El uso excesivo del teléfono, la sobrecarga de compromiso, mis extensas listas de tareas, y la búsqueda de la perfección me estaban consumiendo. Y gritarle a los que amaba fue el resultado directo de la pérdida de control que estaba experimentando en mi vida.
Inevitablemente, me derrumbé. Y lo hice precisamente en la intimidad de mi hogar, en la compañÃa de aquellos que eran lo más importante en mi vida.
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